La colorimetría ¡no debería fallar!: errores en el asesoramiento de imagen para tener en cuenta y descartar
Un buen análisis de colorimetría tiene efectos mágicos. Lleva a los clientes a huir de las prendas monótonas, los guía a descubrir opciones que le den una luminosidad única, y a incorporar un espectro de tonos inimaginados y que impulsen su marca personal...
...Así podría seguir hasta el final de este texto, porque me reconozco fanática absoluta de estos fundamentos tan indispensables para lograr un asesoramiento de imagen exitoso y de calidad.
Para que nuestra tarea tenga ese efecto transformador que buscamos y sea el pilar para la activación de la autoestima, la teoría del color deberá ocupar un rol estelar.
Y justamente esta mezcla de pasión y convicción me lleva desde hace años a darle en mis clases de la Certificación en Imagen y Marketing Personal y las mentorías la jerarquía que este tema merece (sacándole el preconcepto que dice que se trata de "colores que pegan o quedan bien").
También me impulsa a estar atenta sobre aquellos puntos que a muchas asesoras de imagen les generan dudas, inseguridad o sienten interés en reformular.
Por eso, mi consejo para quienes se encuentren en este camino es despejar errores y mitos frecuentes sobre la teoría del color.
Como impulso, esta es la selección que quiero compartir con ustedes y que espero que las lleve a desatornillarse del sillón.
1- ¡No tener en cuenta la colorimetría personal!
Este es el primer gran error. Porque el análisis de la paleta personal será una brújula imprescindible para el armado de looks, el orden del guardarropas, las compras personalizadas, un asesoramiento integral y otros servicios.
El plus es que también permitirá incorporar una alternativa extra y poco explorada al negocio de asesoramiento de imagen.
2- Seguir teorías básicas o desactualizadas
Como en tantas especialidades, ciertos conceptos que fueron furor hace un tiempo ya no tienen vigencia. Al mismo tiempo, surgen fundamentos más amplios y acertados.
En colorimetría, la evolución es muy clara. Hace algunos años las paletas personales estaban segmentadas en cuatro estaciones.
Al comprobar que esta clasificación resultaba reducida, se desarrolló un sistema de doce opciones.
El avance fue rotundo. Pero aún así, algunas asesoras comprobamos en nuestra práctica que todavía faltaba una vuelta más. Así fue que adherimos al sistema de 16 estaciones, que me tiene enamorada.
La ventaja es que incorpora los subtipos neutros. Lo cual implica una enorme diferencia.
3- Guiarse por el "buen gusto"
Las asesoras de imagen tenemos ojo estético. Esa cualidad nos impulsó a zambullirnos en esta actividad.
A partir de ahí, el estudio y perfeccionamiento nos llevarán a crecer y diferenciarnos.
En cuanto al uso del color, hay sustentos y estudios que debemos conocer y aplicar.
Desde ya, ¡tampoco se trata de copiar tendencias o looks de influencers con trillones de seguidores (reales o dudosos)!
4- Pensar los colores como conceptos absolutos
Cada tono tiene infinidad de matices. Por lo tanto, ¿cómo no tener en cuenta el nivel de contraste, la saturación, el brillo, la claridad, la oscuridad, la suavidad más adecuados para cada persona?
Te aseguro que al poner el foco en estos conceptos podrás definir la paleta más precisa para tu cliente.
¿Querés ir un poco más allá?
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Con amor, Flor