La colorimetría no es solo para las asesoras de imagen

Como apasionada declarada y asumida de la armonía cromática, me animo a afirmar que ¡las bondades de la colorimetría não tem fim!

...O si quieren mi versión moderada (aunque a veces me cueste minimizar mi entusiasmo), puedo decirles que sus virtudes tienen un techo, pero este es altísimo.

Y ahí sí me planto.

En la nota, "¿Por qué es importante la colorimetría como asesoras de imagen?", hablé del poder transformador que tiene sobre nuestros clientes mostrarles sus tonos personales, ampliar su paleta, enseñarles las propuestas más amigables para sus rasgos y las alternativas que generan un efecto óptico de expansión o contracción.

Ahora quiero ir más allá y resaltar el plus que la colorimetría puede brindar en otros servicios y especialidades, también relacionados con la imagen personal y el propósito de ayudar a recobrar la confianza frente al espejo.

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Las maquilladoras están en mi podio en este ránking. Fue mi primera profesión y guardo un cariño inmenso por esa época.

Justamente mi experiencia me lleva a enfatizar que un análisis de colorimetría permitirá elegir los matices que agreguen luminosidad, realcen el color de ojos o disimulen imperfecciones.

Así, darle una vuelta personalizada a las tendencias de temporada, cuando se trate de un maquillaje social. O, en las clases de automaquillaje, brindará la información necesaria para sugerencias enriquecedoras y perdurables.

En el caso de las diseñadoras de vestidos de novias o fiestas, también es una técnica recomendada que debería estar presente en las entrevistas iniciales con la clienta.

La razón es que permitirá llegar sin errores a ese tono, estampado o luminosidad que coincida con sus gustos u outfits habituales y que la haga ver resplandeciente y jovial.

Otra de las ventajas será mostrarle con anticipación las diferentes sensaciones y efectos de las alternativas sugeridas.

Si se trata de vestuaristas -son las encargadas de armar los looks para programas de televisión, cine o teatro- estilistas o productoras fotográficas -su tarea es elegir la ropa para videos o fotos publicitarias y material para revistas- será un conocimiento extra que acompañe la creatividad y jerarquice su trabajo.

También puede ser un bonus para coloristas de pelo, diseñadores de indumentaria y el staff de ventas de marcas de moda.

 

Un mundo más colorido

El diferencial será proponerle al cliente un testeo personalizado, adaptado a la especialidad y situación, que lo lleve a ampliar el espectro de elecciones y le permita jugar con alternativas y combinaciones impensadas.

Para comenzar este camino, mi recomendación es profundizar los conocimientos que brindan las formaciones profesionales.

Hay teorías del color actualizadas y depuradas. Lo más innovador: el sistema de 16 estaciones.

También es muy útil empaparse de la psicología del color, un conocimiento verdaderamente fascinante. Está basado en las sensaciones probadas que genera cada matiz y permite encontrar el mensaje personal deseado.

La instancia siguiente será buscar herramientas de testeo que resulten eficaces y se adapten a las necesidades puntuales.

Una vez listas para salir a la cancha: no perder de vista nuestro rol como guías. Acompañando al cliente a llegar a esa alternativa que lo haga sentir mejor, esté en sintonía con sus gustos personales y con la imagen que busque proyectar. Ahí está la esencia del team de las activadoras de autoestima.

 

¿Habías pensado en la colorimetría como un diferencial para tu negocio? Contame tu experiencia o dudas sobre cómo incorporar esta fascinante teoría.

 

Con amor, Flor

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